martes, 13 de octubre de 2009

Tres.Catorce Dieciseis: El Orden de Mi Desorden

Llegaste a mi vida con un corazón roto y las manos vacías. Tus ojos eran misterio que encerraba la lucha entre una historia fallida y la ilusión de otro comienzo. Pocas veces hablabas de amor, y cuando lo hacías, te referías a él como algo que existe en un mundo alterno, como un cuento del que sólo podías hablar en tercera persona. Eras el hombre macho en apariencia,de ti se decía que no iba a pasar un mes antes de que me rompieras el corazón- mi ego...en ese entonces con voz fuerte , me convenció de jugar a que sí me querías, además no tenía mucho que perder con el corazón ya medio astillado. Fumabas tan seguro y así arrogante apagabas las colillas contra el piso. Me enseñaste que primero la sal , luego el limón y al último el tequila, ¿o era al revés?. Hablabas del trabajo, de tus familiares alemanes , de tus viajes sólo y sin dinero y de tu música con la seguridad de quien lo ha vivido todo. Tenías errores muchos, pero te reías de ellos siempre y hasta los hacías públicos, porque no tenías miedo porque sabías quien eras. Y creo que ahí me enamoré, lo que si estoy segura es que me deshacía entre lo intenso de tus caricias aparentemente casuales y tu indiferencia hacia mi.
Ese concierto... te tuve tan cerca y no podía dejar de ver tus manos tan fuertes y tan perfectas y cantaba con las masas "ya estoy cayendo por una espiral" lidereadas por un guey que juré que era mujer. No me creerías si te dijera que apenas y recuerdo las canciones de Incubus, ¿y si te dijera que estaba inmersa en el abrazo que me diste con la excusa de que estaba lloviendo y estaba repleto de chacos? Que fue en ese mismo instante cuando supe que ibas a ser mi verdugo y mi salvación a una vida que hasta hace tiempo no sentía. Tengo miedo y tendrías miedo de saber que te amo desde ese día que sólo caían unas gotitas de agua y que yo juraba relampagueaba, y puedo asegurarte con las palabras más cursis que desde que me tocaste así tan protector tan invencible, los relámpagos fueron internos, fueron luz, fueron un presagio. Hasta hoy no se van, resuenan y son química, la que sólo reacciona cuando estas tú. Te encantaban mis pendejadas y a mi las tuyas - a veces me cuesta creer que te agradara mi insensatez de manchar de tinta amarilla indeleble y brillante a los pobres clientes de un antro. Y también me cuenta creer que me fascine como te reías con los mentados padrinos mágicos mientras te comías un mentado pelón pelo rico-
Tu cuarto se volvió mi fortaleza y refugio mi lugar favorito, yo me transformaba entrando en tu espacio que olía a madera y a melancolía, yo era tu amiga y más que eso, te admiraba a ti y a tu vida antes de mi. Nunca te dije que me costaba dormir, era imposible dormir contigo cuando estabas tan cerca y tan vulnerable. Y cuando agarraba tu mano-aprovechando tu debilidad subconsciente- tú siempre me respondías moviendo un dedo. A veces entre un sueño y otro, despertabas a darme un beso, yo lo recibía, aunque estaba segura que cuando despertaras ni te ibas a acordar, ¿pero qué importaba? igual que estaba segura que ese beso salía del hombre que estaba escondido detrás de la coraza.
Nuestras llamadas a las nueve de la mañana se volvieron un ritual, eras el mejor despertador y me divertía que envidiarás mi camita pachona, cuando tú ya estabas enclaustrado en una oficina. Hablabamos del clima, de que libros habia leído, de tus sueños y de los míos. No hubo nunca razón para dejar de estar cerca, invariablemente era una llamada, un mensaje o un correo. Las excusas se fueron tornando más complejas, ya no era el clima ni los libros, ahora todo eran planes tu aventurero y yo tu compañera. Te habías convertido en mi socio de ilusiones y yo en tu amiga incondicional y confidente, tu entendías mis Cosmopolitan y yo tus H, tu llorabas con mis comedias cursis y yo me emocionaba con tus perturbadorsísimas películas horrendas de terror. Tú comías verduras en mi casa y yo comida congelada en la tuya. Todo se volvió una fusión de cosas aparentemente sin trascendencia.
Y así pasaron años-aunque ni nos dimos cuenta- yo me volví parte de tu vida y tú de la mía. Ya no habían historias donde no fueras protagonista, un video de un beso, un viaje y una confesión no correspondida, un juego con dados, una historia extrema en una laguna, un accidente en moto. Todo era tan intenso, no lo podrías negar, tan intenso que confundía y de hecho dolía. Fuiste dejando atrás el pasado, sin querer soltarlo y yo vislumbre un futuro sin querer vivirlo. Ambos por miedo, miedo a que el destino no fuera como hasta hace unos años creímos que sería, miedo por que ya no eramos dos, sino uno sólo, lo quisieramos o no. Las circunstancias hicieron su papel, y presionaron con tal fuerza que estalló una realidad que yo ni me atrevía a soñar. Eras tú el hombre de mi vida, si, con un alma fisurada por culpa de gente que no supo ni quiso aventarse al abismo, porque eso es el amor, un abismo que nunca parece tener fin , incierto, pero que sólo vale la pena mientras dura la caída, porque cedes al vértigo y te dejas en manos de algo que no conoces pero lo sientes y sabes que estas vivo, por eso el miedo.
Y bajaste la retaguardia en un momento de distracción, para darte cuenta de que tal vez si me amabas pero que yo exigía más de lo que tu alguna vez estuviste dispuesto a dar. Si alguna vez te has preguntado porque siempre he sido oídos sordos a la gente incrédula, es porque tu fuiste mi ángel , porque no existía nadie en el mundo que llegara a mi puerta a media noche con una historia de una semilla que representara la esperanza de una amistad que se creía muerta. Porque no existía nadie que me besara los ojos y me abrazara con la experiencia de un maestro, nadie que soñará estar en el mismo lugar y a la misma hora que yo, nadie capaz de materializar la música de sigur ros en una lágrima, porque nadie como tú ha cumplido la promesa infinita de no dejarme ir, estas en mi voz , en mis canciones, mi olor y mi esencia y no puedo evitar que mi sangre sólo reaccione a esas manos de curandero - porque podría jurar que tienes magia escondida-.
Sé que yo también te he dolido, que a veces sientes correr sin llegar a ningún lado. Estoy segura que internamente tuviste que pelear mucho para estar conmigo, y vencer muchos demonios igual que yo, y que a veces tienes que hacerlo sólo porque yo no puedo comprender lo que has vivido. Sé que no llegué a tu vida para hacertela precisamente más fácil, que soy capaz de quitarte el sueño, de generarte náuseas y de hacerte llorar a escondidas o aguantarte el llanto en público. Que mis miedos hacia ti te causan culpa y te hacen dudar de qué tan humano eres, y no imagino el dolor de esa duda. Te siento y te he visto, reconozco que mi sola presencia te ha hecho cuestionar gran parte de lo que creías y que abruptamente te he obligado a arrancar pedazos de tu vida que a veces no puedo ni quiero aceptar, sin preguntarte siquiera si te duele. No sería justo atribuirme sólo a mi lo más turbulento de nuestros errores.
A ti te debo por sobretodo, el reconocer que aunque incomprendidas, tus acciones no han sido más que las de un auténtico guerrero que no deja de levantarse ante la desaprobación de muchos y que siempre sale a dar la cara no importa la vergüenza de lo que ahora le causa arrepentimiento. Admiro tu lucha diaria porque estoy segura que en más situaciones de las que yo pueda imaginar, no sólo has tenido que defenderme de otros, sino de tí mismo. Las batallas de esta guerra no las he ganado o perdido sola, siempre ha sido contigo festejando los triunfos o lamentando los fracasos . Pero estas aquí, a mi lado, no te vas nunca, no lo has hecho desde que existimos el uno en torno al otro. Tú nunca me has dejado olvidar como suena tu voz.
Por eso nadie nunca nos podrá quitar que fuimos valientes, porque vimos esa fosa oscura e impredecible, sin final tal vez - ojalá- Con las rodillas débiles y el pulso acelerado, tú con tus miedos y yo con los míos, me tomaste la mano para finalmente lanzarnos. Los dos siempre supimos que en la locura impredescible de ese viaje podrías soltarme la mano pero siempre la volverías a buscar, porque después de todo en lo más recondito de nuestra conciencia, siempre supimos que a final de cuentas, vamos a caer en el mismo lugar, tal vez con rasguños y muchos moretones. No importa.Vamos a poder mirarnos, yo para agradecerte el viaje y tú la fe que tuve en ti. Alguna vez me preguntaste si tú eres lo que yo realmente quiero, esta es mi respuesta. Te amo

1 comentario:

  1. Quiero decir lo mucho que me gusto, pero me has dejado como un pececillo gritando, tus palabras son hermosas y la intensidad de todo lo que expresas nos hacen llegar y ponernos en tu lugar. Estamos creciendo y estas tranformandote. Eso es lo mas preciado que se le puede dar a alguien. Me encanta poder vivir estos momentos contigo. Seguimos luchando por darle orden al desorden...
    Te Amo...

    ResponderEliminar